Zhíio

       Zhíio es una chica de aproximadamente 18 años, cabello blanco y ojos púrpura. Es algo tímida, (aunque solo al principio, luego se va soltando, a medida que va conociendo a la gente.) un tanto curiosa y no se le da muy bien socializar con extraños. No es una persona de muchas palabras, aunque si es bastante amable. La mayor parte del tiempo lleva su cabeza cubierta con algún pañuelo para evitar que la miren como a un bicho raro, pues su cabello al ser de un color tan extraño, suele atraer muchas miradas.
     
        Su nombre real y su procedencia son totalmente desconocidos ya que sufre de amnesia lo que la hace deprimirse a menudo y ser un blanco constante de especulaciones y chismes. Tiene la capacidad de aprender muy rápidamente. De vez en cuando le gusta quedarse mirando fijamente algún objeto y a partir de eso, perderse en sus pensamientos por largos ratos. Es parte del equipo de exploración al que pertenece Reedo, ya que está obligada a ir a todas partes con él, si quieres saber el porqué, no dejes de leer Mi Proyecto ;)

Desafiart 1

Por bravo mar navegaré,
Ahogarme yo no temo.
Y sortearé la tempestad
Si eres para mi...

    Bueno, estimados lectores, este el primer dibujo para el juego "desafiart" de mi amiga comiquera Blanca Gamyi, Elegí esta película porque a pesar de ser relativamente nueva, es una de las que más me ha marcado, y hasta el día de hoy cada vez que la veo no dejo de llorar a moco tendido con esta escena (si se lo preguntan, si, literalmente pausé la película para dibujar este preciso momento xD)
Aquel que reconozca la escena, y la película, tendrá mis infinitos respetos.

Reedo Dante

           Es el protagonista de mi proyecto, un chico de 18 años, estatura promedio, delgado y pelirrojo, que en mi universo, debe vivir bajo tierra. (Pronto descubrirán porqué) Reedo vive con su abuelo únicamente, ya que el paradero de sus padres es desconocido para él, y su abuelo se niega a hablar del tema.

    Es un muchacho bastante alegre, que no se esfuerza mucho por esconder lo que siente, aunque es un tanto rebelde y a menudo se escapa cuando se siente ahogado por las órdenes y los deberes, pero cuando se le sube la adrenalina se vuelve todo un aventurero, y un osado, quizás demasiado osado aveces, tanto que ha arriesgado su vida sin pensarlo varias veces.Tiene buen oído y es bastante curioso por lo que siempre está metiendo sus narices en donde no debe. Tiene una extraña manía de hablar con los objetos y también de confiar mucho en su intuición. Es una persona bastante desordenada en su diario vivir, a pesar de que es totalmente ordenado y minucioso en su trabajo.

Se desempeña como cartógrafo y explorador. Desde niño fue entrenado duramente por su abuelo para ser un cazador y gracias a ello desarrolló habilidades muy útiles y una puntería excelente, pero a pesar de ello, es muy reacio a emplear armas de fuego, solo utiliza su fiel ballesta (lo siento, olvidé dibujarla.) y armas blancas. Además es un amante de la música. Si quieres saber más de Reedo, no dejes de leer Mi Proyecto ;)

Cuarto Relato: El Curioso Caso del Ladrón de Relojes.

            Me han contado los libros más antiguos que conozco, que por cierto no son muchos, que luego de la Gran Catástrofe el mundo enfermó más todavía, y durante muchos años los Cuatro Guardianes intentaron sanarlo, sin embargo aún con toda la fuerza que poseían no fue suficiente y no pudieron más que aliviar parte del dolor que sentía. Tuvieron que pasar incontables temporadas más antes de que el mundo y sus criaturas se adecuaran a esta nueva etapa llena de cambios, que más tarde sería conocida como la Edad del Resurgir.

            Justamente, al comenzar el quinto periodo de esta Edad, es cuando se desarrolla nuestro más reciente relato. Para esta época, la humanidad ya se había adecuado lo suficientemente bien a la vida en el Subsuelo donde habían creado su propio país con sus propias reglas y una estructura bien organizada. Eso, por lo menos en lo que respecta a los hombres que residían debajo de la llanura, pues de aquellos que habitaban bajo el gran desierto, nunca se supo a ciencia cierta si prosperaron o no, aunque muchos rumores traídos por el viento aseguraban que se encontraron con un terrible destino.

Tercer Relato: Romance de un Señor Deshonesto.

           

           Cuentan los ancestros de mis ancestros que esta historia tuvo lugar hace no tanto tiempo, en la época en que los hombres habían olvidado a los Guardianes y decidieron destruirse unos a otros oscurecidos de tanto odio y codicia. Entonces, ya solo quedaban tres de las cuatro naciones que antaño fuesen tan gloriosas, puesto que la última había sido devorada por el deseo de la envidia y el poder. Se dice que aquellos fueron tiempos muy oscuros, tanto que hasta el mundo enfermó por culpa de los humanos, incapaz de sanar por sí solo.

           En medio de tantos conflictos bélicos, tanta desesperación y hambre es cuando nace el protagonista de nuestro actual relato, o más bien “aparece”, pues de su pasado antes de estos sucesos muy poco se sabe. Su nombre era Geon, o así dicen que se hacía llamar, según cuentan las historias, su procedencia era desconocida pero lucía como un hombre común y corriente, era bastante alto y bordeaba sus treinta por aquel entonces. Lamentablemente, y para la desilusión quizás de mis lectores, este misterioso personaje, no era ni por asomo un protagonista ejemplar, sino más bien un señor deshonesto que se dedicaba al arte del fisgoneo y el espionaje, o a la “venta ilícita de información” como a él le gustaba llamarlo.

Segundo Relato: Historia de un Elfo Muy Desafortunado

Hace varios cientos de siglos atrás, cuando el mundo aun no enfermaba ni los humanos enloquecían por el poder todavía, emergieron cuatro grandes naciones, tres de ellas dominaban la tierra firme y la última reinaba sobre los profundos mares del sur. Todas regidas y esculpidas por la mano del hombre y protegidas por el poder divino de los cuatro guardianes. En ese entonces los dragones ya no eran criaturas inocentes, y aquellos que aún sobrevivían habían sido marcados por la codicia de los humanos.

Pero la historia que les contaré esta vez no habla ni de un dragón ni de un humano. En esta ocasión nuestro protagonista será una criatura de alargadas orejas y pies ligeros como el viento, proveniente de una raza muy antigua a la cual los hombres llamamos comúnmente elfos. Lamentablemente, su nombre se perdió a través de los innumerables pliegues del tiempo, o quizás él mismo lo extravió intencionalmente, pero eso es algo que nunca pude saber a ciencia cierta. En esta época, nuestro protagonista, hijo de uno de los clanes más importantes de Ralouin, territorio más conocido como el Reino de los Elfos, era un joven astuto y perspicaz que aún no superaba los cien años, pero tenía la apariencia de un adolescente de diecisiete. Tenía también una increíble habilidad para meterse en líos, de los cuales casi siempre le salvaba Tholan, uno de sus tres hermanos. Sin embargo, hubo una ocasión en la que se involucró en un lío tan grande, que ni sus padres ni ninguno de sus hermanos, pudo salvarlo y por lo cual fue desterrado de Ralouin indefinidamente, obligando a llevar el título de Tárul (que en élfico significa traidor) a él y toda su familia.

Primer Relato: La Leyenda del Dragón que no Podía Volar.

             


            Erase una vez hace mucho, mucho tiempo en una tierra muy lejana, cuando esta tierra aun no tenía un nombre ni el tiempo había nacido que existió un dragón entre muchos otros dragones, nacido de las entrañas del mundo, como todos los demás y con un nombre impronunciable, pues la lengua común aun no existía.

            En aquel entonces solo existía La Nada, el mundo aun no tenía forma, y los dragones vivían en paz, pues no tenían enemigos ni preocupación alguna. Pero, nuestro dragón, joven e inexperto, si tenía algo de qué preocuparse: pese a que lo intentaba con todo su esfuerzo, por alguna extraña razón no podía volar, solo se arrastraba, cual serpiente, ya que tampoco poseía extremidades. Sin embargo sus iguales jamás se burlaron de ello, puesto que entonces aun eran seres inocentes que no conocían la maldad ni el odio, ni mucho  menos lo que era un conflicto. A diferencia de lo que se piensa hoy en día de ellos, eran criaturas de alma noble y pura.

-¡Animo! Ya aprenderás,- Le dijo uno de sus hermanos.- abandona tus preocupaciones, Soñador, solo así te harás más liviano y podrás volar.- Así era como le llamaban, cuando no lo hacían por su nombre, porque siempre estaba mirando hacia las alturas, soñando despierto, sin prestan atención a los consejos de sus hermanos.